PERDON, YO ME EQUIVOQUE..!!

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Qué difícil es pedir perdón, humillarse y admitir que nos hemos equivocado! Sin duda una de las encrucijadas más grandes que debemos enfrentar en nuestra vida es optar entre pedir perdón o seguir aferrados a nuestro orgullo.

Recientemente tuve una seria discusión con cierta persona que encima no conozco. El tema en cuestión no era tan dramático ni relevante, pero el tono de las palabras y los argumentos que cada una presentaba para defender su postura, dificultaban el logro de una solución madura y efectiva. Pero luego de varios minutos me di cuenta que algo no andaba bien: la otra persona tenía razón y yo no o yo tenia razon y ella no, así de simple, así de difícil.

Entonces, volví sobre mis palabras, reuní todas las fuerzas posibles y expresé lo contrario a mi orgullo: – “perdón, me equivoqué”. De más está decir que todo cambió a partir de ese momento en mi interior, pues una vez que dije esa palabra “mágica” toda barrera cayó por tierra, porque puede ser que me senti herida pero soy yo quien pedi perdon, por haber provocado eso en ella.

Muchas veces no logramos disfrutar nuestra vida porque tenemos cuentas pendientes con los demás. Y no me refiero al aspecto económico, sino al ámbito de nuestras emociones. En otras palabras, la falta de humildad para dar el paso de valentía y pedir perdón puede llegar a producir enfermedades (algo que comienza en el alma y muy pronto afecta nuestro cuerpo).

¿Pero saben algo? A lo largo de nuestras vidas existen diversas ocasiones en las que nosotros somos los equivocados, y tenemos que pedir perdón, y no es que hayamos herido a los demas sin intencion solo que muchas veces decimos palabras que hieren el corazon de los demas y solo fueron palabras mias sin intencion alguna de herir a nadie.

El gran Rey David escribió: “Dios, mientras no te confesé mi pecado, las fuerzas se me fueron acabando de tanto llorar. Pero te confesé mi pecado, y no oculté mi maldad. Me decidí a reconocer que había sido rebelde contigo, y tú, mi Dios, me perdonaste” (Salmo 32.3, 5).

Hay veces en las que nos gustaría volver atrás y borrar alguna palabra o algún gesto del que nos arrepentimos. En momentos de desesperación, podemos perder el control de nuestros pensamientos positivos y con palabras hirientes resaltemos en otra persona características que nos gustaría que desaparecieran.

Que hacer cuando tenemos que vivir con las penosas consecuencias de nuestros actos? En muchos casos solo podríamos olvidar lo sucedido y prometernos a nosotros mismos tener cuidado la próxima vez, ya que nunca sabremos a quien estamos hiriendo con nuestras palabras, actos o gestos.

Tenemos que demostrar nuestra humildad, pidiendo perdón y dejar de lado nuestro ego, incluso si es un gran esfuerzo para nosotros.

La verdad es que todos cometemos errores, y los deslices de los demás también nos afectan y duelen, pero nosotros avanzamos, es ahi donde esta nuestro potencial saber perdir perdon aun cuando creemos tener la razon.

Cuando decidimos aceptar nuestra culpa, le demostramos a la otra persona lo importante que es para nosotros y que queremos estar en paz con nuestro prójimo y que nos duele lo que hicimos o dijimos. Así, admitimos que la relación que existe con el projimo es mas importante para nosotros que tener razón.
Todos nos equivocamos, es por eso que se dice que el errar es humano. Pero lo importante es no quedarse de brazos cruzados ante ello, pedir perdon y seguir…

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